" Empecé a enviar mis cintas a las discográficas y reuní una colección bastante amplia de cartas de rechazo. Cada carta era un golpe devastador. No me rendí, sin embargo. Quizá el rechazo alimentaba mi pasión. O quizá lo mantenía en pie era el desespero. Estamos a finales de los ochenta, una época espantosa para la música en L.A, con toneladas de laca y heavy metal en la mano. A nadie le interesaba aquel rarito que grababa sus cintas de cuatro pistas en el armario. Lo que yo hacía no tenía nada que ver con lo que en aquel momento "molaba". Pero nunca se me olvidó una frase que leí de adolescente en Brother Ray, la autobiografía de Ray Charles. Ray decía que tienes que encontrar en ti mismo aquello que te hace único. Esa era la misión a la que me había lanzado; seguir puliendo mi trabajo hasta que lo que quiera que fuese exclusivamente mío empezase a relucir".
[Extracto de "Cosas que los nietos deberían saber" de Mark Oliver Everett, Eels]
dos palabras: SOIS GRANDESSSSSS....
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